domingo, 20 de febrero de 2011

no hay espejo que nos arranque de nosotros mismos


dibujo de un cuerpo en movimiento


“… me pierdo, por eso, a veces, en una deliberación fútil acerca de que clase de persona soy para quienes me ven, pensando como es mi voz en ellos, que tipo de figura dejo inscripta en la memoria involuntaria de los otros, de que manera mis gestos, mis palabras, mi vida aparente, se graban en las retinas de la interpretación ajena. Nunca logre verme desde afuera. No hay espejo que nos arranque de nosotros mismos. Será preciso para ello otra alma, otra manera de situarse por parte del pensamiento y de la mirada.” (Pessoa)

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